jueves, 19 de noviembre de 2009

La aniñada - II parte

retomando el hilo anterior, la aniñadita esta acostumbrada a andar solo con tipos sin personalidad parecidos a ella se me hizo para atras y me dejo con las ganas de hacerle de todo. A pesar de tener su numero de celular despues de unos dias en su jueguito me hostigue y no le volvi a escribir ni a llamar mas, luego la vida me llevo cual marinero por otros mares y estuve fuera dos años mientras a sangre y sudor me forjaba una carrera. pasado ese tiempo y recorrido muchas aventuras la volvi a encontrar en los dias en que me gradue y ya laboraba, en aquel tiempo se habia comprometido, salido embarazada de un tipo mucho peor que yo y se habia separado y vuelto a vivir con sus padres, 2 semanas despues de haber vuelto a conversar empezamos a salir y en cuestion de un poco mas en una de aquellos chateos le propuse irnos a revolcar a un motel, claro que con palabras adecuadas aprendidas a lo largo de muchas cacerias. eran las 5 de la tarde cuando ella muy puntual fue a recogerme al trabajo, llevaba vestido un pantalon negro muy ceñido al cuerpo y una blusa tipo camisa, el cabello recogido con una cola de caballo y olia exquisito, ya no era la misma plastica de años atras aunque conservaba muchas actitudes de entonces y ciertas costumbres, y estaba mas rica que en esos tiempos... llegamos al motel y empezo al ritual, besos, caricias, la apretaba contra mi cuerpo y mis manos recorrian su espalda, sus nalgas, su entrepierna... en ese instante empezo a quitarme la camisa y me empujo sobre la cama acostandome, luego me dijo que tenia una sorpresa para mi y se metio al baño. minutos despues salio vestida con una diminuta y transparente tentadora negra y un hilo del mismo color, como me embrutecen las mujeres cuando usan hilo, se habia soltado el cabello y por un instante me recordo aquella noche cuando me dejo alborotado, pero esta vez era diferente, pense en un momento hacerle lo mismo para desquitarme, pero mas pudieron las ganas, la tire sobre la cama y empece a recorrerla toda, luego de varios orgasmos quedamos tendidos sobre la cama y ella recorria mi pecho con la punta de su dedo, la mire y solo le dije: "mira lo que te perdiste hace años en esa noche de hallowen..." ella sonrio y asintio con la cabeza, ambos sabiamos que el alcohol nada tenia con su amnesia y en esta ocasion no habiamos tomado un solo trago.

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